
En México, el Día de Muertos es una de las celebraciones más queridas donde las familias honran la memoria de sus seres queridos con ofrendas llenas de colores, aromas y sabores que evocan la presencia de quienes ya no están predominantemente. Pero surge una pregunta común: ¿cuándo es el momento adecuado para retirar la ofrenda? Aunque cada familia puede decidir cuándo hacerlo existen tradiciones y fechas significativas que ayudan a guiar este acto de respeto y despedida.
Es el elemento central en la celebración del Día de Muertos que normalmente se coloca a partir del 27 de octubre o el 1 de noviembre y permanece hasta el 3 de noviembre . Durante este tiempo se cree que las almas de los difuntos visitan los hogares de sus familiares para disfrutar de los alimentos, bebidas y objetos que en la vida les gustaban cada día se dedica a un tipo de alma específica desde niños hasta adultos, e incluso mascotas y personas que partieron en circunstancias trágicas.
Cada día tiene un significado especial en el regreso de las almas al mundo de los vivos. Las fechas más destacadas son:
Cada uno de estos días se destina a un grupo específico de modo que las familias pueden colocar elementos en la ofrenda que se relacionan con las almas que esperan recibir.
Según la tradición suele retirarse el 3 de noviembre una vez que las almas han regresado al mundo espiritual. Sin embargo, existen variaciones regionales y familiares y algunas personas prefieren mantenerla hasta el 4 o 5 de noviembre en este acto de despedida la ofrenda no solo se retira, se le da un tratamiento especial ya que se considera que los alimentos y objetos han sido “bendecidos” tras la visita de los difuntos.
México es un país diverso y cada región adapta el Día de Muertos según sus propias costumbres. En algunos lugares por ejemplo la ofrenda se retira en una ceremonia especial mientras que en otras comunidades se mantiene por más días como símbolo de respeto prolongado hacia los difuntos estos rituales reflejan la profunda conexión de cada familia y comunidad con la tradición de honrar a sus muertos.
La flor de cempasúchil es uno de los elementos más importantes en la ofrenda esta flor de color naranja brillante simboliza la vida y la muerte y se utiliza para guiar a las almas hacia el altar. Al retirar la ofrenda muchas personas deciden guardar algunas de estas flores como recuerdo o las desechan en un lugar especial en algunas regiones incluso se utilizan para preparar aceites o se conservan en casa como un recordatorio de la celebración.