¿Cómo afectan los refrescos a tus dientes? Aquí te decimos

Las bebidas carbonatadas (refrescos) pueden causar tanto erosión dental como caries dental, esto se debe fundamentalmente a dos componentes dañinos que se encuentran en estas bebidas: el azúcar y los ácidos. La combinación de ambos hace que los dientes se vuelvan más vulnerables. 

La erosión dental implica la pérdida del tejido duro de la superficie del diente a través de una reacción química con los ácidos que se encuentran en dichas bebidas. 

La erosión empieza cuando los ácidos en los refrescos se encuentran con el esmalte dental. El esmalte dental es la capa protectora más externa de los dientes. El impacto de la erosión reduce la dureza de la superficie del esmalte. 

Si no se trata o se modera su consumo puede causar sensibilidad, dolor y fractura en el esmalte. 

Los refrescos pueden afectar la siguiente capa, la dentina. Este daño al esmalte dental puede provocar caries. Las caries dentales se producen cuando se ingiere un alto contenido de azúcar, ya sea en bebidas o alimentos. 

La mayoría de los refrescos pueden contener la equivalencia de hasta 21 terrones de azúcar en una sola lata. Las bebidas sin azúcar no provocan caries dental, sin embargo, son ácidas y pueden causar problemas, ya que, siendo menos dañinas, no eliminan la posibilidad de erosionar el esmalte del diente. 

Cada vez que se bebe un refresco, los dientes sufren un “ataque” ácido hasta pasada una hora de su ingesta. ¿Por qué sucede esto? El azúcar en las bebidas reacciona con las bacterias que se encuentran en nuestra placa dental y produce ácidos muy dañinos. 

Consejos para disminuir los efectos del refresco en los dientes: 

– Beber refrescos con moderación: No beber más de un refresco al día. Intentar que no se convierta en un hábito diario. 

– Sustituir los refrescos por bebidas diferentes:  Procurar beber bebidas que contengan menos azúcar y ácidos como el agua, leche y zumo 100% natural, especialmente en la rutina diaria. 

– Beber rápido: Evitar dar sobos prolongados. El beber el refresco rápidamente en vez de tomarlo despacio, causa menos estragos en la salud dental. 

– Utilizar una pajita: Para reducir el impacto de los ácidos y azúcares en los dientes, se recomienda beber refrescos con una pajita, porque ayuda minimizar el contacto con la dentadura. 

– Enjuáguese con agua: Después de consumir refrescos, enjuague su boca con agua para remover los restos de las bebidas que pueden prolongar la exposición del esmalte a los ácidos. 

– Cepillarse bien los dientes: No es recomendable cepillarse los dientes inmediatamente después de tomar un refresco, se aconseja esperar a cepillarse los dientes entre 30 a 60 minutos para evitar que el cepillado aumente la acción erosiva del ácido en los dientes. 

– Usar Pasta de Dientes con fluoruro y enjuague bucal: El fluoruro reduce la caries y fortalece el esmalte de los dientes, por esto se recomienda cepillarse con una pasta de dientes que contenga fluoruro. Usar enjuague bucal con fluoruro, también puede ayudar a mantener una buena higiene bucodental. 

– Masticar chicle que no contenga azúcar y que contenga xilitol. 

– Evitar los refrescos antes de acostarse: Durante la noche, se produce menos saliva, por tanto, el azúcar y ácido pueden causar más daño a la salud bucodental. 

– Visitar al dentista, al menos una vez al año: Se recomienda realizar una limpieza dental periódica, ésta asegura que cualquier enfermedad dental sea reparada.