Cultura
¡Las icónicas sillas confidentes regresan a la Plaza Grande de Mérida! Un símbolo de romance e historia
Hoy los meridanos y turistas que paseaban por el corazón de Mérida recibieron una grata sorpresa: las emblemáticas sillas confidentes también conocidas como «tú y yo» han sido reinstaladas en la recientemente renovada Plaza Grande. Estas sillas símbolo indiscutible de la identidad de la ciudad fueron retiradas temporalmente en abril durante las obras de rehabilitación del parque, generando incertidumbre sobre su futuro sin embargo su regreso marca un momento significativo para la comunidad devolviendo a la plaza uno de sus elementos más queridos y fotografiados.
Historia y origen de las sillas confidentes en Mérida
Tienen una historia rica y fascinante que se remonta a principios del siglo XX. Estas piezas únicas en su tipo llegaron a la Plaza Grande de Mérida en 1915 durante la gestión del gobernador Salvador Alvarado como parte de la remodelación del lugar. Pero su origen se encuentra en el Renacimiento Francés donde surgió un mueble conocido como «Tête-à-tête» (cabeza con cabeza), «vis-à-vis» (cara a cara), o «Loveseat» (sillón de amor) este diseño en forma de «S» permitía a las parejas sentarse frente a frente para conversar manteniendo siempre el contacto visual pero con la discreción y decencia propias de la época.
La popularidad de este estilo llegó a México durante el Porfiriato cuando las familias acaudaladas influidas por la cultura Europea adoptaron este y otros elementos de diseño Francés como símbolos de elegancia y estatus. Según cuenta la tradición un padre preocupado por la cercanía física que permitían las bancas tradicionales durante el cortejo de su hija decidió encargar unas sillas que permitieran mantener la distancia adecuada sin perder el contacto visual así las sillas confidentes se convirtieron en un elemento indispensable de la Plaza Grande y de otros espacios emblemáticos de Mérida, como el Paseo de Montejo.
Las sillas confidentes: Un emblema de Mérida
Hoy en día son mucho más que un simple mueble; son un símbolo de la rica historia y cultura de Mérida su diseño que permite a las personas sentarse casi de frente fomenta la conversación íntima y el intercambio de confidencias haciendo honor a su nombre. Pintadas de blanco y distribuidas estratégicamente en diversos puntos de la ciudad estas bancas dobles se han convertido en uno de los elementos más admirados y fotografiados por quienes visitan Mérida consolidando su estatus como íconos locales.
El estilo en que están diseñadas conocido como «segundo imperio» o «estilo Napoleón III» refleja la influencia Europea en la arquitectura y el mobiliario de la ciudad. Al igual que las majestuosas residencias a lo largo del Paseo de Montejo las sillas confidentes evocan una era en la que el lujo y la sofisticación importados de Europa se mezclaban con la calidez y hospitalidad Yucateca.
El regreso de un símbolo: Celebrando la identidad Meridana
El regreso de las sillas confidentes a la Plaza Grande no solo marca la culminación de una importante renovación urbana, sino que también celebra la continuidad de las tradiciones que definen a Mérida. Para los residentes estas sillas son un recordatorio del pasado romántico de la ciudad un lugar donde generaciones de meridanos han compartido conversaciones íntimas cortejos y confidencias.
La reubicación de estas sillas también refuerza el compromiso de la ciudad con la preservación de su patrimonio cultural asegurando que elementos tan significativos como estos continúen siendo parte del paisaje urbano. Para los visitantes sentarse en una de estas sillas es más que una experiencia turística es una invitación a participar en una tradición centenaria a ser parte de la historia viva de Mérida.
Explora Mérida a través de sus sillas confidentes
Al caminar por el centro histórico de Mérida o recorrer el Paseo de Montejo no dejes de detenerte en una de estas sillas confidentes. En ellas no solo encontrarás un lugar cómodo para descansar, sino también un rincón donde la historia y el romance se entrelazan creando un espacio perfecto para compartir una conversación o simplemente disfrutar del ambiente único de la ciudad.
El regreso de las sillas confidentes a la Plaza Grande es sin duda un motivo de celebración para Mérida y sus visitantes. Un recordatorio de que, en el corazón de esta ciudad la tradición y la modernidad pueden coexistir en perfecta armonía.