Cultura
Los Organilleros: De Europa a Icono de la Ciudad de México
Aunque los organilleros son un símbolo de la cultura mexicana, estos músicos callejeros y sus organillos no tienen sus raíces en México. El organillo, un instrumento que se originó en Europa, ha sido una pieza fundamental en la música callejera desde el siglo XVIII países como Alemania, Francia y España fueron pionero para animar las calles y las festividades populares.
La Llegada del Organillo a México
Llegaron a México durante el gobierno de Porfirio Díaz, en el contexto de las migraciones Europeas que se dieron en la primera y segunda Guerra Mundial. Los primeros organilleros trajeron sus instrumentos desde Alemania, buscando escapar de la persecución política y los estragos de la guerra estos músicos callejeros comenzaron a establecerse en las principales ciudades mexicanas, convirtiéndose rápidamente en parte integral de la vida urbana.
El Organillero como Icono de la Ciudad de México
La Ciudad de México adoptó rápidamente, quienes se convirtieron en una característica emblemática de sus calles. Actualmente, cerca de 500 mujeres y hombres se dedican a este oficio diariamente, al punto de que el Congreso de la Ciudad de México ha propuesto considerarlos como Patrimonio Cultural Intangible este reconocimiento subraya la importancia cultural y social de los organilleros en la historia y la identidad de la ciudad.
Controversias y Defensa de la Tradición
Recientemente, una modelo criticó a los organilleros en redes sociales, lo que desencadenó una ola de críticas en su contra y eventualmente llevó a su despido. Este incidente subraya la profunda conexión y el respeto que los mexicanos sienten por los organilleros, considerados guardianes de una rica tradición cultural.
La Evolución y el Futuro de los Organilleros
A pesar de que la tecnología ha desplazado en gran medida de muchas partes de la ciudad, estos músicos todavía se encuentran en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Su presencia allí sigue siendo un recordatorio de una época pasada y un testimonio viviente de la resistencia cultural la música de los organilleros sigue atrayendo a locales y turistas, quienes disfrutan de las melodías que llenan el aire con un sentido de nostalgia y belleza.