
San Francisco.— La detención de Valentino Luchin, un chef italiano de 62 años, ha generado conmoción en California luego de que las autoridades lo señalaran como responsable de robar tres bancos en el mismo día. El caso por su naturaleza inusual, ha despertado debate sobre la crisis económica que vive el sector restaurantero.
El 10 de septiembre, Luchin habría ingresado a un banco de Grant Avenue donde, según la policía, entregó una nota al cajero exigiendo dinero. El empleado temiendo por su seguridad, entregó una bolsa con efectivo,no se reportó el uso de armas ni amenazas verbales.

Ese mismo día, otras dos sucursales del Distrito Central fueron víctimas de robos con un modus operandi similar. Las autoridades señalaron que la descripción del sospechoso coincidía, lo que facilitó la identificación y posterior arresto del chef.
De acuerdo con los registros judiciales, Luchin fue procesado y continúa detenido en la cárcel del condado. Su situación legal aún se analiza, pues enfrenta cargos por robo y tentativa de robo.
Su abogado, Kwixuan Maloof, defensor público adjunto del condado de San Francisco, lo describió como “un chef talentoso y una persona amable” que atravesaba una crisis económica severa. Aseguró que los cargos han sido “exagerados” y que el Gobierno pretende ajustar la ley a hechos “que no corresponden”.
Tiene una larga historia en la gastronomía de San Francisco, trabajó como chef ejecutivo en Rose Pistola, un reconocido restaurante de North Beach que cerró hace años. Excompañeros lo recuerdan como un profesional dedicado y creativo.
Posteriormente abrió su propio restaurante italiano en Walnut Creek, el cual cerró en 2016 tras enfrentar dificultades financieras. Ese fue, según amigos el inicio de una racha de problemas económicos que nunca logró revertir.
En 2018, ya había sido detenido por intentar robar un banco en Contra Costa. En esa ocasión admitió haber usado una pistola de aire comprimido y justificó sus actos como “desesperación”. Declaró que no sabía cómo manejar un arma real y que jamás quiso lastimar a nadie.
Durante esta reciente detención, afirmó a medios locales que sus acciones no fueron planeadas. Dijo sentir remordimiento y aseguró haber escrito una carta al cajero disculpándose, agregó que solo buscaba una salida para sostener a su familia ante la falta de oportunidades laborales.
El caso continúa bajo investigación las autoridades buscan determinar si hubo premeditación o si, como sostiene su defensa, Luchin actuó bajo presión emocional y económica. Mientras tanto, su historia abre un nuevo debate sobre la precariedad que enfrentan miles de trabajadores de la industria restaurantera en Estados Unidos.