
En el sur de México, Chiapas emerge como un destino que reinventa el concepto de viajar este estado, rico en cultura y biodiversidad, invita a los visitantes a vivir experiencias auténticas en entornos naturales que sanan el cuerpo y el alma. Desde San Cristóbal de las Casas hasta Palenque, el turismo aquí se transforma en un viaje interior.




Con una gran diversidad cultural y lingüística, ocupa el segundo lugar en el país en número de lenguas indígenas. En sus pueblos mayas y zoques como San Juan Chamula, Zinacantán, Amatenango del Valle y Larraínzar los visitantes pueden convivir con comunidades que han preservado sus tradiciones y las comparten a través de su gastronomía, su arte y su cosmovisión.
El turismo en Chiapas tiene un nuevo rostro: el turismo rural y comunitario en lugares como Amatenango del Valle, las mujeres artesanas moldean el barro con una destreza que ha pasado de generación en generación; mientras que en Zinacantán, los telares cobran vida con colores que narran historias antiguas. Cada comunidad ofrece un encuentro real con la esencia.
Cuenta con 55 centros ecoturísticos, distribuidos entre montañas, ríos y selvas sitios como Las Nubes, Lagunas de Montebello, El Chiflón o Cascadas de Agua Azul permiten disfrutar del ecoturismo en su máxima expresión. Además de admirar la belleza natural, los viajeros practican meditación, journaling y Terapia del Bosque, conectando con la tranquilidad del entorno.
Las rutas turísticas son otro gran atractivo en Palenque, la Ruta del Agua lleva a la cascada El Salto; en Ocosingo, la Ruta del Queso Bola ofrece una experiencia gastronómica única que culmina con la visita a la impresionante zona arqueológica de Toniná; mientras que en el Soconusco, la Ruta Rambután-Tacaná recorre los municipios de Tuxtla Chico, Cacahoatán y Unión Juárez, donde el rambután, el cacao y el café son protagonistas.
Es sinónimo de biodiversidad el segundo estado con más especies de aves en México, con más de 697 registradas. Por ello, el Chiapas Birding & Photo Festival impulsa el aviturismo como una forma de desarrollo sostenible, ofreciendo rutas en áreas naturales protegidas como La Encrucijada, El Triunfo y Montebello.
Para quienes buscan equilibrio emocional y bienestar, destinos como San Cristóbal de las Casas ofrecen retiros de meditación, yoga y mindfulness. Los visitantes pueden escribir en su diario mientras observan el amanecer en los valles o participar en talleres de introspección guiados por terapeutas y guías locales.
Otros lugares imperdibles incluyen Tuxtla Gutiérrez, con su emblemático Cañón del Sumidero, y Chiapa de Corzo, famoso por sus tradiciones, gastronomía y festividades. Cada rincón del estado tiene una historia que contar y una lección de respeto hacia la tierra y las comunidades que la habitan.
En un mundo acelerado, Chiapas ofrece un respiro profundo su propuesta de turismo consciente une naturaleza, cultura y espiritualidad, promoviendo experiencias que sanan y transforman. Ya sea explorando las selvas de Palenque, observando aves en El Triunfo o participando en rituales en San Juan Chamula, cada viaje se convierte en una invitación a reconectar con lo esencial: la vida misma.