Campeche
Descubre el fascinante lenguaje de los estados del sureste mexicano
Viajar al sureste de México es adentrarse en un mundo lleno de color, sabor y un lenguaje único en cada estado. Prepárate para escuchar palabras y expresiones tan pintorescas que a veces parecen sacadas de un diccionario inventado. ¡Pero no te preocupes! Aquí te presentamos una guía esencial de regionalismos para que puedas comunicarte como todo un lugareño.
Empecemos por Tabasco, tierra de agua y cocodrilos donde el aislamiento geográfico incubó durante siglos un vocabulario incomprensible para el resto del país. Por ejemplo, ¿sabías que «devanar» significa «ensuciar»? Así es, en Tabasco puedes oír frases como «Guadalupe devanó sus zapatos con lodo».
Otros estados como Campeche tienen joyas lingüísticas que te harán sentir como en casa. Cuando un campechano te diga «¡Aguas!», no se referirá al vital líquido sino que te estará advirtiendo de algún peligro cercano. Y si escuchas un «¡Ay Madre!» seguro que acaban de enterarse de alguna impactante noticia.
Siguiendo con nuestro recorrido regional llegamos a la siempre sorprendente Chiapas, cuna de la rebeldía zapatista. Aquí domina el «vos», pronombre equivalente al «tú» que se heredó de países como Argentina o El Salvador. Y cuidado si te llaman «meco», no es un insulto sino que te están diciendo que tienes piel blanca.
Más al oriente se encuentra la tierra del calor, Yucatán, famosa por sus frases alegres y relajadas. Cuando un yucateco te diga «bobox» no se referirá a ningún deporte de contacto sino a tu coxis o parte baja de la espalda. Y si al visitar Chichén Itzá sientes la imperiosa necesidad de «anolor» no será ningún ritual maya: simplemente tendrás mucho tiempo con algo en la boca, como un chicle.
Finalmente llegamos al estado donde el Caribe le da un toque único al español: Quintana Roo. En la cosmopolita Cancún domina el «íha», forma cariñosa de decir hija. Y si un taxista te dice «no me queda» cuando le pides que te lleve a algún sitio no es que tenga problemas de autoestima, más bien significa que ese destino no está en su ruta.
Así que ya lo sabes, deja tus prejuicios atrás y sumérgete en el fascinante universo lingüístico del sureste mexicano. ¡Seguro que te sorprenderás gratamente!