Tabasco
Aventúrate a vivir una experiencia ecoturística en la Cueva de las Sardinas Ciegas, en Tabasco
Durante la Cuaresma, una decena de indígenas zoques visita la Cueva de la Sardina Ciega, lugar donde se realiza un ritual de dimensiones milenarias en honor a los dioses de la tierra, agua, lluvia y Luna. Al ritmo de tambores y flautas, comienzan el descenso hacia sus entrañas, de hombres ataviados en blanco y con canastas en mano, listas para recibir la recompensa.
A través de este sincretismo se pide por la fertilidad de la tierra y por la abundancia de la pesca. La música no deja de sonar, ahora para acompañar a los danzantes que portan la canasta adornada con flores, una vela y el barbasco -planta con toxina natural-, el cual raspan entre las aguas sulfurosas de esta caverna.
Narcotizadas, las sardinas salen a la superficie, momento para recolectarlas en los contenedores de mutusay -bejuco-, sin embargo, en los últimos años las autoridades ambientales han limitado la cantidad que se pueden pescar, para conservar a la especie. Aun así, esta ceremonia permanece vigente, acatando las indicaciones.
Aventura en la Cueva de la Sardina Ciega
Sin embargo, hay un ritual más por celebrar, uno más extremos y cargado de adrenalina pura, para disfrutar de las bellezas naturales de la Reserva Ecológica Villa Luz, donde se encuentra esta caverna, a sólo tres kilómetros de Tapijulapa, Pueblo Mágico de Tabasco.
Para poder llegar hasta su entrada, primero hay que cruzar el río Oxolotán, a través de una tirolesa y después caminar entre la selva de esta área protegida, donde salen al encuentro las Cascadas de Villa Luz, un momento de contemplación que se aprovecha para un par de instagrameables.
Para llegar a la Cueva de las Sardinas Ciegas debemos cruzar la selva caminando, en el camino los guías explican el tipo de flora y fauna que te puedes encontrar, destacan los árboles gigantes coscuyas raíces se agarran de la frondosa tierra como si se fueran a caer, son como serpientes petrificadas. A lo lejos se escuchan los sonidos de la selva, como los pericos, monos, tucanes y una infinidad de sapos.
Después de algunos minutos de caminata se llega a la cueva, es momento de subir entre las rocas para encontrar la entrada a las profundidades de la tierra, primero hay que ponerse todo el equipo para descender por un tragaluz hacia el abismo, actividad que se hace por medio del rappel.
Es necesario ir bien preparado porque se necesitan lámparas, arnés, mosquetones y cuerdas para moverse horizontal y verticalmente, a este tipo de cavernas se les llama de tercer nivel en el mundo de la espeleología.
Lo primero que se percibe al tocar el fondo es la gran humedad que se encierra entre sus paredes, sobre todo porque corre un rio subterráneo; la cueva está hecha de roca caliza que al contacto con el ácido sulfúrico que se genera en el ambiente, se transforma en yeso. Por eso los cuerpos de agua de azufre –que normalmente son transparentes- se tornan blancos.
No suena como un ambiente muy propicio para la vida, pero sorprendentemente existen murciélagos, arañas patonas y las famosas sardinas ciegas, peces que se lograron adaptar a la oscuridad y a las condicionales del agua sulfurada. A primera vista parecieran estar nadando en agua de horchata.
No es una maravilla muy conocida en México, de hecho, es más conocida en el extranjero por los estudios que han realizado espeleólogos, científicos y medios de comunicación como National Geographic; este rincón tabasqueño es uno de los pocos lugares en el mundo donde se forman pequeñas pozas de agua con sedimentos de yeso, minerales, azufre y sal con propiedades benéficas para la salud.
Así que sin pensarlo dos veces hay que quitarse todo el equipo y lanzarse a la aventura de disfrutar del agua saludable. Se dice que son benéficas para dolencias reumáticas, problemas dermatológicos y enfermedades respiratorias.
Al salir te estarán esperando un circuito de divertidas tirolesas para “volar” entre las copas de los árboles. El recorrido por la Reserva Villa Luz es físicamente demandante pero también muy divertido, saludable e inolvidable.
