Gastronomia
El chicle maya de Campeche y Quintana Roo obtiene protección de denominación de origen: Un paso clave para preservar la tradición chiclera
El Gobierno de México ha dado un paso importante en la protección y reconocimiento de uno de los productos más emblemáticos de la Península de Yucatán: el chicle maya. A partir del 25 de octubre de 2024, la producción de esta goma natural que proviene de los árboles de chicozapote en los estados de Campeche y Quintana Roo contará con la Declaración de Protección de la Indicación Geográfica emitida por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).
La tradición del chicle maya
Es un producto con profundas raíces en la cultura maya y la región de la Península de Yucatán específicamente en Quintana Roo y Campeche ha sido históricamente una de las principales zonas productoras. El proceso de extracción es una mano de obra artesanal que ha pasado de generación en generación la goma se obtiene mediante incisiones en los árboles de chicozapote ( Manilkara zapota ), cuya savia es recolecta.
El reconocimiento como una Indicación Geográfica Protegida (IGP) no solo resalta su importancia cultural garantiza que las técnicas tradicionales de producción sean preservadas. De acuerdo con la declaración publicada por el IMPI se protege todo el proceso desde el «monteo» y la recolección del látex hasta su cocción moldeado y embalaje.
¿Qué implica la Protección de la Indicación Geográfica?
Con esta protección cualquier producto que desee utilizar la denominación de «chicle Maya de Quintana Roo y Campeche» deberá cumplir estrictamente con los requisitos establecidos por el IMPI. Estos incluyen la obligación de emplear métodos tradicionales de producción los cuales deben ser certificados por una autoridad moral encargada de garantizar el cumplimiento de las normas además los productores autorizados deberán incluir la leyenda «Indicación Geográfica Protegida» o las siglas IGP en el etiquetado de sus productos asegurando que los consumidores identifiquen fácilmente la procedencia auténtica del chicle.
Esta certificación también tiene un impacto significativo en el mercado ya que protegerá a los productores locales de posibles imitaciones o competencias desleales que intenten comercializar goma de otras regiones bajo el nombre de «chicle maya». Así la economía local se verá beneficiada ya que se impulsa el valor agregado del producto al vincularlo con su lugar de origen.
La selva maya: El corazón de la producción
El área delimitada como zona geográfica protegida comprende las selvas de Campeche y Quintana Roo que son los principales hábitats del árbol de chicozapote. Esta región no solo es crucial para la producción de chicle alberga una vasta biodiversidad lo que convierte esta protección en un acto no solo económico, sino también ecológico.
Al vincular la producción con la conservación de la selva se promueve una relación sustentable entre las comunidades chicleras y el medio ambiente. De esta forma, no solo es un recurso económico, un símbolo de sostenibilidad.
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