El Pueblo Mágico más místico de Chihuahua para un viaje de aventura

La República Mexicana guarda muchos tesoros turísticos para los aventureros y conocedores de viajes, uno de ellos se encuentra en el estado de Chihuahua, entidad que tiene varios lugares especiales, uno de ellos se convirtió en el Pueblo Mágico número 180 del país. Se trata nada más y nada menos que de Creel, un bello lugar perfecto para un viaje de aventura con amigos y pareja.

Este destino también conocido “Estación Creel” cautiva a cualquiera que lo visite con sus alrededores y sus abundantes pinos y encinos que despiertan el espíritu aventurero, se le conoce como la puerta de entrada a las Barrancas del Cobre, es uno de los sistemas de barrancas más largos y más profundo del mundo con 60 mil kilómetros de montañas y se encuentra en México ¿lo puedes creer?, originariamente era una comunidad rarámuri nombrada Rochivo.

Se ubica a unos 260 kilómetros de Chihuahua, en la Sierra Tarahumara, en el pasado se le conocía a este lugar porque durante muchos años llegaba el Ferrocarril Chihuahua-Pacífico, además tiene un sinfín de bellezas naturales que te preparará para vivir la mejor aventura de tu vida. Con el paso del tiempo se ha vuelto muy popular no solo por la vía económica sino por las conexiones que tiene con otras regiones. Por lo que ha sido reconocido por la Organización Mundial del Turismo (OMT) en el 2022.

Cuáles son los atractivos del Pueblo Mágico de Creel

Al visitar Creel no puedes perder la oportunidad de explorar sus espectaculares vistas, sus atractivos dejarán huella en tu corazón, uno de ellos es el Tren “El Chepe”, el único tren de pasajeros que hay en México va desde Chihuahua hasta los Mochis, Sinaloa, si vas de un extremo a otro el viaje llega a durar hasta 9 horas, y si solo vas a una de sus cuatro estaciones varía la distancia y tiempo, por eso debes de planear tu próximo viaje ya que tiene mucha demanda y los boletos se agotan.

Otro de los sitios que hacen famoso a este pueblo son las Barrancas del Cobre, se encuentra en la siguiente estación del Chepe, se llama “Divisadero” donde se encuentra uno de los parques de montaña, es el lugar perfecto para aquellas personas que les gusta el deporte extremo, los visitantes pueden practicar el senderismo, andar en bicicleta de montaña y utilizar las cuatrimotos, ya que hay rutas especiales para ello, al mismo tiempo, puedes hacer rappel, escalada de roca en la vía Ferrata.

También puedes lanzarte al circuito de siete tirolesas que tienen una distancia de cinco kilómetros, si te gustan las alturas tienen dos puentes colgantes, pero si eres todo un aventurero que le gusta la adrenalina, este sitio tiene la tirolesa más larga del mundo con 2,530 metros de longitud, lo mejor es que podrás disfrutar de la naturaleza como nunca lo habías hecho antes. Para las personas que les gusta algo más tranquilo podrás disfrutar del segundo teleférico más largo del mundo sin tener torres que interrumpan tu vista o puedes tomar un tour guiado para vivir la experiencia de convivir con una comunidad rarámuri de la cual te enseñaran hacer artesanías y conocer su gastronomía.

A unos 10 minutos de ahí se encuentra un lugar que esconde rocas gigantes de 30 metros de altura y puntiagudas que han estado ahí hace millones de años, el sitio se llama el Valle de los Monjes y cuenta la leyenda que fueron monjes que se quedaron petrificados al hacer profundas reflexiones y una teoría es que son formaciones naturales de lluvia y viento. Además de ser una zona geográficamente extensa de montañas, también tiene hermosas cascadas y unas de ellas es la Cascada de Rukiraso donde puedes hacer caminata dentro de sus cuevas y ver algunas pinturas rupestres. La Cusárare es un caserío disperso que es una cascada que tiene forma de una iglesia de piedra, lo cual tiene una caída de agua de al menos 30 metros de altura.

No puedes irte de Creel sin visitar el Museo de San Ignacio de Loyola o el Museo de Arte Sacro, ahí yace sobre los cimientos un antiguo convento, este lugar fue construido por tarahumaras, sus pinturas son de los siglos XVI, XVII y XVIII, y quien lo atiende son mujeres de la comunidad local.