Chiapanecos danzan con devoción en celebración religiosa ancestral

Bajo el sol del sureste mexicano, miles de parachicos inundaron las calles de Chiapa de Corzo, Chiapas, para rendir tributo a sus antepasados y honrar sus raíces en una impresionante demostración de fe y tradición.

Encabezados por Guadalupe Rubicel Gómez Nigenda, actual patrón de los parachicos, los coloridos bailarines recorrieron la ciudad al ritmo de chinchines y tambores, visitando ermitas y cementerios mientras entonaban loas a San Sebastián Mártir.

«Vamos a visitar a nuestros patrones difuntos y a sus familiares, que se nos adelantaron, lo que nos hace reflexionar sobre la vida», expresó Don Guadalupe. «Les pido que bailen como si fuera la última vez».

La ancestral danza de los parachicos: ritos, máscaras y devoción

Con sus vistosas máscaras talladas en madera, monteras y sarapes teñidos con anilina, los parachicos representan el espíritu de la Fiesta Grande de Chiapa, celebrada cada año entre el 8 y el 23 de enero desde 1528.

La danza tiene un hondo significado religioso y conmemorativo para los chiapanecos. El 18 de enero, las familias parachicas acuden al panteón a honrar a sus familiares fallecidos con ofrendas y bailes rituales.

Parachicos: Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

Reconocida por la UNESCO en 2010 como obra maestra del patrimonio oral e inmaterial, la tradición de los parachicos simboliza la identidad y el sincretismo cultural de los pueblos zoques y chiapanecos.

Con 50 años de experiencia como parachico, Don Carlos Coutiño transmite con orgullo estos ritos ancestrales a las nuevas generaciones. «Nuestra intención es honrarlos y reconocer la grandeza de cada uno», afirmó.