Machucado Mixe: El platillo ancestral que se convirtió en patrimonio gastronómico de Oaxaca

El Machucado Mixe también conocido como mä’ätsy, ha sido recientemente declarado Patrimonio Material Gastronómico del estado de Oaxaca un reconocimiento que honra no solo su sabor y tradición, sino también su profundo significado cultural. Este platillo ancestral que conecta a las comunidades indígenas con sus raíces y creencias es mucho más que una simple receta: es un símbolo de agradecimiento y comunión con la naturaleza.

Un platillo que celebra la vida y la naturaleza

Es un platillo ceremonial que se consume el 1 de agosto marcando un momento crucial en el ciclo agrícola de los pueblos Ayuuk (conocidos también como mixes) habitantes de la región montañosa de Oaxaca. Esta fecha es significativa porque según la tradición es el día para agradecer a la madre naturaleza por la próxima cosecha de maíz y pedir abundancia, alejando así el hambre de sus hogares.

La preparación es un ritual en sí mismo La comunidad de Santa María Tlahuitoltepec, un pueblo mixe conocido por su resistencia y preservación de tradiciones ancestrales juega un papel central en mantener viva esta práctica. Aquí, los habitantes viven en comunión con su entorno, respetando la tierra los cerros la lluvia y el viento elementos que son fundamentales en su cosmovisión.

La Preparación del Machucado Mixe: Un ritual culinario

El proceso de elaboración comienza con la nixtamalización del maíz un día antes este maíz se muele en un metate y la masa resultante se usa para hacer grandes memelas que se cocinan parcialmente en un comal. Luego, estas memelas se juntan y se machucan con las manos una técnica que da nombre al platillo el término «mä’ätsy» se traduce como «juntar, revolver o apachurrar», lo que describe perfectamente el proceso.

Paralelamente se prepara una salsa que puede variar entre tres tipos clásicos: de pepitas de chapulines o la más popular la salsa roja. Esta última se hace con tomate, chile de árbol y guajillo y simboliza la fuerza necesaria para enfrentar la vida. La masa machucada se coloca en una olla de barro al centro de la mesa y se modela en forma de montaña para representar la orografía del lugar Finalmente se baña con la salsa y se adorna con cebollín picado.

Este platillo no solo satisface el hambre también cumple un rol espiritual y cultural la comida se ofrece a la familia como un acto de agradecimiento y se comparte directamente del mismo platón, lo que refuerza los lazos familiares y comunitarios.

Un pueblo jamás conquistado: La resiliencia de los Mixes

Los Ayuuk Yä’äy como se llaman a sí mismos los mixes son un pueblo con una historia de resistencia. A lo largo de los siglos han luchado contra los mixtecos, zapotecos, mexicas y posteriormente contra los colonizadores Españoles. A pesar de los intentos de evangelización y conquista han logrado conservar su lengua, ritos y costumbres incluyendo la figura de su héroe mítico el Rey Condoy.

El Rey Condoy forma parte de la cosmovisión mixe y es una figura omnipotente a la que se le rinde culto en la cima del cerro Zempoaltépetl. Aquí la comunidad realiza rituales para pedir favores buenas cosechas y bienestar para todos al menos una vez al año los habitantes de Tlahuitoltepec suben al sagrado cerro para ofrendar a la Madre Tierra y al Rey Condoy demostrando la profunda conexión entre su fe sus tradiciones y la naturaleza.

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